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MUESTRA

Pinto porque no escribo

Museo Benito Quinquela Martín
Hasta el 30 de Abril | 2022

  Entrada libre y gratuita. 
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Billy Waller afirmó alguna vez que elegía pintar a falta de dominar el arte de la palabra. De vocación incansable, investigó la materia con el objetivo de representar con agudeza y ferocidad los paisajes interiores del ser humano. Como docente, inculcó en sus alumnos la concepción del arte como refugio y de la pintura como necesidad, y hoy, gracias a los esfuerzos de su familia y a las gestiones de Lazos en red, el fruto de su pasión llega a compartirse en las salas de nuestro museo.
 
La estética abordada por Waller está íntimamente ligada al expresionismo abstracto, una de las principales tendencias del informalismo originadas tras las Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos, que encontró sus máximos referentes en figuras como Jackson Pollock y Willem De Kooning. El estado de angustia en que el mundo había sido sumergido tras largos años de conflicto bélico generó una puesta en abismo del artista frente al lienzo en blanco, que dio lugar a infinidad de respuestas plásticas. La danza del autor en torno a la inmensa tela causó efectos en toda una generación de artistas que, a lo largo y a lo ancho de América, canalizaron sus contradicciones en la experimentación con el material pictórico.
 
En el corpus completo de Waller se adivina una búsqueda introspectiva que evidentemente constituyó la motivación constante de su obra. Grandes formatos de enérgica pulsión advierten la espontaneidad de su huella, con carácter de descarga eléctrica. Si bien no dedicó especial atención al acento cromático, muchas veces eligió incursionar en la modalidad conocida como dripping, un goteo capaz de expresar de manera accidental y aleatoria un estado anímico que no se dejaba encapsular en formas mesuradas.
 
El individuo y su subjetividad cobra un peso fundamental en el acto creativo de Waller, sus movimientos corporales dieron forma al ritual de la pintura y sus emociones adquirieron una traducción gestual depositada directamente en el trazo sobre la superficie. La soledad del artista frente al bastidor se tornó en un encuentro enriquecedor, cargado de valioso contenido moral y ético. En ocasiones se filtró una figuración de aspecto desgarrador, que despierta incomodidad por su capacidad de poner al espectador frente a su propia conciencia de humanidad.
Yamila Valeiras
Curadora MBQM
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Inauguración "Pinto porque no escribo"
MBQM | 26 Marzo 2022

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