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Billy Waller | 1964 - 2015

Desde sus doce años mostró un gran interés por el dibujo, cuando un gran dibujante de caballos, amigo de su madre, comenzó a frecuentar su casa de la infancia. Así, durante su adolescencia exploró de manera autodidacta cuestiones técnicas como el manejo de luces y sombras, la perspectiva, la composición y la figura humana. 

Al terminar el colegio secundario, continuó sus estudios en el centro de artes visuales, formándose en dibujo, pintura, escultura y grabado. Durante esos mismos años, asistió al taller de Noé Nojechowicz donde exploró el surrealismo y produjo una serie destacada de su obra que el subestimaría por su evidente inspiración en Dalí pero que igualmente sería reconocida por su innegable calidad técnica y el universo dramático plasmado en la misma. 

En 1988, luego de terminar sus estudios en el centro de artes visuales, continuó sus estudios formales en  la escuela superior de artes Ernesto de la Cárcova y asistió allí al taller de Jorge Demirgian de quien luego seguiría aprendiendo fuera del ambiente universitario. Ese mismo año, junto con otros artistas contemporáneos, formó un taller bajo la supervisión de Jose Maria Caceres, quien lo incitaría a abandonar la búsqueda de la figuración y "el regodeo en su habilidad técnica" para explorar lo abstracto. Comienza así esa bifurcación que se mantendrá a lo largo de todos sus años de trabajo: la abstracción como vehículo para expresar la impulsividad y la fuerza, y la figuración de los cuerpos en medio de esas fuerzas. 

Hacia 1990, armó su propio lugar de trabajo que mudó unas tres o cuatro veces durante los próximos quince años. Si bien incursionó en la escultura durante este tiempo y realizó una instalación en Soho Telo Muestra, recién en 2008 nuevas inquietudes lo llevaron al taller del escultor Alberto Delponti (con quien luego compartió el espacio de trabajo) y, después, a trabajar en mármol con Beatriz Sotto Garcia. 

Waller expusó sus obras en diversos espacios expositivos como el centro Alfredo Fortabat, la fundación de Banco Patricios, el centro de arte contemporáneo de las Naciones Unidas, el salón de otoño, el espacio Giesso y la biblioteca Ameghino. Fue premiado con el primer puesto en dibujo por la fundación ARCHE y obtuvo también el primer premio en pintura en las Naciones Unidas y Museo de Victor Roverano. El salón de otoño le otorgó el segundo premio en la misma categoría. Luego de 1995, trabajó alejado del mundo de las exposiciones, galerías y bienales; dedicando poco de su tiempo a una empresa familiar que le permitió no preocuparse por la comercialización de su obra y, paralelamente, a la enseñanza de dibujo y pintura en su taller. 

Cuando alguien le pregunta si es pintor, él contesta que "él pinta", y así lo hizo, todos los días, todo el día, durante toda su vida. Su obra es extensa y prolífica, y a pesar del intento de la familia por tener un inventario terminado, ocasionalmente aparecen obras que en algún momento Waller regaló y viejos amigos se contactan para dar a conocer su paradero. 

Durante los últimos años de su vida expuso en "En contraste" y BADA, Pilar, provincia de Buenos Aires. Luego de su muerte, en 2015, su familia llevó a cabo dos muestras homenajes y el museo Benito Quinquela Martin realizó una retrospectiva bajo la curaduría de Yamila Valeiras. Una de las obras hoy forma parte de la colección del museo. En el 2024, su hija abrió un espacio expositivo en la localidad de Villa Pueyrredón con el fin de conservar, exponer y difundir el legado de la obra. 

Estudios, Formación y Experiencia:

• 2011 - 2015: Dictó clases de dibujo, pintura y escultura en “El Taller de La Aldea“. Pilar.
• 2011: Atelier propio en “El Taller de La Aldea“. Pilar.
• 2009: Taller de Beatriz Soto García. Escultura en mármol.
• 2008 - 2010: Taller de Alberto Delponti. Escultura en “El Taller de la Aldea“. Pilar.
• 1989 - 1991: Taller de Jorge Demirjian. Pintura.
• 1988: Taller de Jorge Demirjian. Pintura. Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova“.
• 1988: Técnicas Holísticas del Proceso Creativo con José María Cáceres.
• 1988: Creación del “Taller 2/17“.
• 1988: Atelier propio en Defensa 217. San Telmo.
• 1984 - 1987: Dibujo, Pintura, Escultura y Grabado en el CAV (Centro de Artes Visuales de Marizú Terza).
• 1984: Taller de Noé Nojechowitz. Pintura.


Muestras y Exposiciones:

• 1994: Pinturas. Biblioteca Ameghino. Luján.
• 1994: Pintura. Museo De Artes Visuales “Víctor Roverano“. Quilmes.
• 1994: Pintura. 59º Salón de Otoño. SAAP 94.
• 1993: Pinturas. Espacio Giesso. San Telmo.
• 1992: Pintura. 57º Salón de Otoño. SAAP 92.
• 1991: Pintura. Salón “Naciones Unidas“. Centro de Arte Contemporáneo.
• 1990: Dibujo.1º Salón ALAP. Centro Cultural “Encuentro“. Fundación ARCHÉ.
• 1989: Pinturas. Fundación Banco Patricios.
• 1988: Instalación. “Ángeles de Corazón Caliente“. Espacio “El Caballito de Pol“.
• 1988: “La Pintura en la calle“. San Telmo.
• 1988: Pinturas. “Taller 2/17“. San Telmo.
• 1985 - 1986 - 1987: Pinturas, Dibujos, Grabados, Esculturas. Galería “La Cave“.
• 1984: Pinturas. Galería “La Porte Ouverte“. Alianza Francesa. Centro Alfredo Fortabat.

 
Premios:

• 2009 - Mención Especial. 7º Concurso de Pintura. Telviso. Del Viso.
• 2008 - Mención Especial. 6º Concurso de Pintura. Telviso. Del Viso.
• 1994 - 1º Premio de Pintura. Museo de Artes Visuales “Víctor Roverano“. Quilmes.
• 1994 - 2º Premio de Pintura. 59º Salón de Otoño. SAAP 94.
• 1991 - 1º Premio de Pintura. Salón Naciones Unidas. Centro de Arte Contemporáneo.
• 1990 - 1º Premio de Dibujo. Fundación ARCHÉ

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Billy Waller | 1964 - 2015

Nació en Buenos Aires un 10 de octubre.

Fue el segundo de cuatro hermanos criados en el seno de una familia porteña, que disfrutaba los veranos en los lagos y bosques de Bariloche. Infancia que alimentó su pasión por el sur de Argentina y la pesca con mosca.

Pensador incansable, mostraba agudo interés en las cuestiones matemáticas de la vida y el Universo.

Amante de la música y del buen comer. Encontraba en cada detalle un objeto de admiración. Esto le facilitaba desplegar su creatividad experimentando tanto en el piano y en la guitarra como en la cocina.

Fue un marido y un padre dedicado amorosamente a su familia.

Billy marcó una huella en cada persona que tuvo la oportunidad de conocerlo y dejó, generosamente, una magnífica obra para todo aquel que no la tuvo.

 

Esta propuesta, impulsada con amor por su mujer y sus dos hijos, busca que el arte de Billy Waller sea para todos los que quieran apreciarlo.

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